La mañana del 28 de noviembre a las 8.15 horas, media docena de coches
de la policía aparcaban en las inmediaciones de la Catedral de
Valladolid con el objetivo de desalojar a lxs ocupantes del CSA La
Guardería, liberado dos semanas antes.
Provistos de arietes, escudos y
peloteros, forzaron las puertas de acceso al inmueble hasta llegar al
segundo
piso, donde se encontraron con seis de las personas que a lo largo de
estos días han participado de las diferentes propuestas que este
centro social ha desarrollado con el apoyo y asistencia de varios
centenares de ciudadanxs.
Con este desalojo se quebraba un ilusionante proceso de creación de
tejido social y de generación de nuevos usos de espacios abandonados
(el edificio ocupado llevaba 12 años cerrado), pero también un proceso
en el que se buscaba ofrecer nuevos marcos en los que poder
relacionarse. Marcos en los que no predominen las relaciones
económicas de carácter privado y exclusivo sino la apertura a la
autogestión y a las infinitas posibilidades de generar nuevas vías
para el encuentro social y cultural.
Durante sus dos semanas de apertura, el Centro social La Guardería ha
acogido una veintena de actividades de carácter completamente abierto
y gratuito entre las que se han encontrado charlas, talleres de
consumo, clases de lenguas de signos, cuentacuentos o actuaciones
musicales. Por allí han pasado centenares de personas que, de una
forma u otra, han mostrado su apoyo a un proyecto vivo que ha nacido
en un Valladolid dominado por los intereses privados (tal y como
podemos ver en el uso previsto para este edificio recuperado y
revitalizado, donde está previsto construir un hotel de lujo).
Dentro de el contexto actual, y tal y como indicaron en su momento los
compañerxs del Laboratorio de Madrid: “la ocupación no sólo es un
gesto necesario de denuncia y rebeldía, sino también una propuesta
social que no puede tratarse con el despotismo con que lo hacen las
instituciones políticas, judiciales o policiales, a las que sólo
parece importar la restitución de la propiedad a los dueños legales
incluso por medios violentos y brutales, sin considerar que es
precisamente el abuso de bienes de interés social y su uso
especulativo y egoísta lo que debería ser social y legalmente
rechazado”.
Los integrantes del CSA La Guardería seguiremos reivindicando la
opción de la generación de centros sociales abiertos a toda la
ciudadanía, y tomamos este desalojo como un motor más para continuar
con nuestra lucha por la consecución de nuevos espacios en los que
poder seguir ofreciendo una alternativa a los modelos imperantes.
Hasta entonces, te convocamos a la concentración de apoyo que
realizaremos este viernes 30 de noviembre a las 20h en la Plaza de la
Universidad. Demuéstranos que no estamos solxs en esto.
CSA La Guardería.
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